sábado, 4 de mayo de 2013

'Bankrupt!' Phoenix

La banda francesa encumbra el indie electrónico con su quinto álbum de estudio: 'Bankrupt!'.

Phoenix ha vuelto cuatro años más tarde de que sacara su exitoso Wolfgang Amadeus Phoenix (2009). Su nuevo trabajo, Bankrupt! (2013), muy esperado por los fans y la crítica, presenta  muchos más arreglos y adornos, tomando un aire experimental en muchos temas. Los riff y efectos de teclado electrónico, los bajos sintetizados y una percusión muy retocada relevan a un tercer plano a la guitarra eléctrica, testimonial en la mayoría de las 10 piezas que componen este nuevo trabajo.  
A decir verdad, la banda francesa no se ha sumado al carro de mudar de piel y tomar el estilo 'moderno' y electrónico que marca el indie que está de moda. Phoenix ha estado haciendo este tipo de música durante la mayor parte de su trayectoria y podría decirse que su anterior disco, Wolfgang Amadeus Phoenix, marcó la tendencia que ahora se lleva tanto (sin quitar méritos a otros artistas como MGMT o Empire Of The Sun).  Es por ello que Bankrupt! ha sido esperado con mucha expectación y es muy posible que encumbre en lo más alto a Phoenix, que ha tenido la paciencia como arma para componer su quinto álbum. 


Entertainment abre con fuerza el álbum. Un riff  electrónico (que recuerda al xilófono) con tintes asiáticos marca el inicio de la canción, a la que luego se suman una batería y una guitarra muy animada. Los continuos altibajos y la agudeza de la melódica voz de Thomas Mars hacen de esta enérgica pieza un hit. De lo mejor del disco. 
Con The Real Thing las primeras impresiones cambian: la canción, más pausada, no pinta mal hasta llegar al estribillo, con una melodía que puede llegar a resultar algo insoportable.
Ocurre lo contrario con S.O.S In Bel Air,  una pieza muy completa. No está excesivamente adornada, tiene un 'pre-chorus' que capta mucho la atención con el método de la doble voz y allana el camino a un estribillo corto, pero movido y pegadizo. Este temazo, que habla sobre las consecuencias de empeñarnos demasiado en algo, será de los más escuchados del disco sin lugar a dudas. 


Trying To Be Cool pone el toque funky y ochentero. Tiene un riff que recuerda en un principio al hit 'My Number' (Foals) y un aire muy discotequero (incluso en la letra buscona). La guitarra eléctrica es algo más perceptible en este tema, también muy destacable. 
Al igual que en su anterior disco ocurría con Love Like A Sunset, en este también incluyen una canción que marca el punto de inflexión y deja en trance al oyente, con sonidos experimentales. Es el caso de Bankrupt!   un tema que relaja en un primer momento y luego inquieta hasta que muere con un silencio, momento en el que lo acústico toma protagonismo con unos versos filosóficos de Mars. 
Drakkar Noir  es otra de las canciones a tener en cuenta. Tiene una composición muy buena, con dos estribillos diferentes a cada cual mejor. Tema muy notable, que recuerda de nuevo a anteriores trabajos. 
Siendo sinceros, el álbum da un bajón considerable a partir de aquí: Chloroform toma el R&B como referencia (algo que no  pega demasiado a Phoenix) y se hace algo monótona y aburrida. Llegando a Don't, la carga de ornamentos electrónicos hace que sea algo caótica y pesada de escuchar. Bourgeois no consigue salvar mucho la situación, pues el estribillo (aunque pegadizo) no es para tirar cohetes y se repite demasiado. Por último, aunque Oblique City no termina ser del todo mala y posee una melodía alegre y primaveral, todo el pescado fue vendido en la primera parte del disco.


VALORACIÓN: 7,5

2 comentarios:

  1. Si a vuestra opinión de diez temas 5 son aceptables y para vosotros el resto no os gustan no sé en qué os basáis para darle un 7,5. Y es Drakkar Noir. ¡Un saludo!

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  2. Creemos que hay que ser algo objetivos a la hora de valorar el disco. Además, las 5 canciones que destacamos no son 'pasables', si no buenas.
    Gracias por encontrar el fallo ;) ¡Saludos!

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